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Limpieza facial 101

La limpieza facial es uno de los pasos más importantes de la rutina. Nuestra piel está en contacto con un montón de factores (partículas de polución, bacterias, sudor y un largo etcétera) que, sin una buena rutina de limpieza, se acumulan y pueden ocasionar problemas1.

Entre los beneficios de la limpieza facial se destaca que2:

  • Promueve la descamación natural de la piel, logrando una apariencia más luminosa.
  • Mejora la absorción de activos que aplicamos sobre la piel.
  • En pieles grasas o mixtas, ayuda a minimizar brotes de acné y poros obstruidos, y balancear la producción de sebo.
  • En cuanto a su frecuencia, la recomendación es hacerla dos veces al día, enjuagando con agua tibia. Podés optar por un limpiador de un paso o realizar una doble limpieza (según tu preferencia). Las maquinitas eléctricas no son necesarias, pero, si te gustan, podés usarlas (siempre y cuando sigas las recomendaciones del fabricante).

    El mayor desafío se encuentra en saber qué limpiador elegir. Para hacerlo, hay que tener en cuenta que todo proceso de limpieza tiene un costo para la piel. Los tensoactivos (el ingrediente que limpia) tienen la capacidad de interactuar con los lípidos y las proteínas del Stratum Corneum, perjudicando en mayor o menor medida la barrera de la piel3. Siendo un producto que vamos a usar dos veces al día, es central dar con uno indicado para prevenir daños.

    Los principales tips a tener en cuenta son: buscar uno que contenga un tensoactivo no iónico, acompañado de protectores de barrera lipídica y/o polímeros, con un pH que no perturbe el manto ácido de la piel (pH<6). 

    Nuestro Limpiador cumple con estas características.

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    Tipos de suciedad: hidro y liposoluble

    Los limpiadores son productos que están especialmente formulados para remover sustancias de todo tipo: sudor, sebo, restos de maquillaje, protector solar, partículas de polución, polvo, microorganismos, etc. Vale aclarar que lo que deseamos remover puede ser hidro o liposoluble.

    • Sustancias hidrosolubles: Son aquellas que, dada su composición química, se disuelven en agua. Por esta razón, son fáciles de limpiar o remover3. Un ejemplo sería retirar sal de las manos o sudor del rostro. Un poco de agua y ya sería suficiente gracias a su hidrosolubilidad.
    • Sustancias liposolubles: Son la mayoría de las sustancias que deseamos remover de la piel (sebo, protector solar, maquillaje). No tienen la capacidad de formar enlaces químicos fácilmente con el agua, por lo que no se disuelven en ella. Por el contrario, se disuelven en aceite3. Tratar de sacarnos aceite o cualquier sustancia liposoluble de la piel solo con agua no es fácil por esta razón.

    ¿Cómo limpiar cada tipo de sustancia?

    Limpiar sustancias hidrosolubles no suele ser un problema (porque con agua alcanza)3. El desafío suele ser cómo retirar de la mejor manera las sustancias liposolubles. Para esto y a grandes rasgos, hay dos opciones disponibles:

    • Agregar un jabón/limpiador en el agua. Esta sería la opción más práctica para limpiar sustancias liposolubles. ¿Cómo funciona? El jabón o limpiador es soluble en agua, pero también tiene la capacidad de hacer enlaces con sustancias liposolubles. De esta manera, logramos disolver o atrapar suciedad lipofílica en una solución acuosa, que podemos enjuagar fácilmente. Es decir, agregar un jabón/limpiador en el agua permite retirar lo hidrosoluble y lo liposoluble en un solo paso3.
    • Utilizar un aceite/bálsamo. Los aceites/bálsamos hacen enlaces fácilmente con la suciedad liposoluble. Es decir, disuelven efectivamente sebo, maquillaje o el protector solar que podamos tener sobre la piel3. Sin embargo, por ser liposolubles, los aceites o bálsamos tampoco se retiran fácilmente del rostro: una vez que disuelven la suciedad, es necesario utilizar un jabón/limpiador para enjuagarlos de la piel. Esta es la base de la famosa "doble limpieza", que puede tener algunas ventajas o ser totalmente innecesaria, dependiendo del caso (¡más info abajo en este post!).

    En definitiva, optemos por un limpiador de un paso o por la doble limpieza, siempre vamos a necesitar un producto que permita retirar las sustancias liposolubles de la piel. Estos productos funcionan gracias a los tensoactivos que contienen3.

    Tensoactivos

    Son el principal ingrediente de los limpiadores. Las características químicas de este tipo de compuestos  le otorgan la capacidad de limpiar y lo hacen muy bien.  

    • Uno de sus extremos es hidrofílico (se disuelve bien en agua).
    • Su otro extremo es lipofílico (se une fácilmente a sustancias liposolubles).

      Gracias a esto, permiten atrapar y retirar suciedad lipofílica en una solución acuosa3.

      Formación de micelas

      Los tensoactivos en solución acuosa, cuando alcanzan cierta concentración, forman estructuras llamadas micelas. Esto es debido a que, cuando los tensoactivos se encuentran entre sí, unen sus partes lipofílicas (las no solubles en agua) y las llevan hacia el centro de la micela, dejando hacia el exterior sus extremos hidrofílicos. Así, se forman compartimientos lipofílicos disueltos en agua, que permiten atrapar y enjuagar la suciedad4.

      Sus riesgos

      Como nada es perfecto, los tensoactivos también tienen su lado negativo. Y este es que sus características químicas, que posibilitan el proceso de limpieza, les permiten también retirar o dañar lípidos y proteínas de la estructura de la piel.

      • Lípidos: El Stratum Corneum, la capa más superficial de la piel, es como un muro compuesto de ladrillos y cemento. Las células (queratinocitos) serían los ladrillos y el cemento sería la matriz lipídica extracelular que mantiene unidas a estas células.  Juntos, forman una barrera que evita la pérdida de agua trans-epidérmica y mantiene la hidratación. Los tensoactivos tienen la capacidad de capturar y retirar lípidos de la matriz extracelular (colesterol, ácidos grasos libres, ceramidas). Cuando esto ocurre, quedan espacios entre las células de la piel y se pierde agua (es decir, se daña la barrera y se pierde hidratación)5.
      • Proteínas: Los tensoactivos también pueden unirse a proteínas y particularmente a la queratina, que es una de las que ocupa el interior de los queratinocitos. Si bien el tensoactivo no barre con ella, sí cambia su forma e impide su función de protección. Esto causa una hiperhidratación de la piel durante el proceso de limpieza, que es seguida de la rápida evaporación del exceso de agua, lo que causa irritación y la típica sensación de piel tirante4,6,7.

      Irritación subclínica e irritación acumulada

      Algo interesante es que este daño no siempre es percibido por el ojo humano. A veces, la irritación que causa el proceso de limpieza es subclínica, es decir, no genera síntomas ni signos que podamos notar. Sin embargo, ahí está, y esto es lo que queda en evidencia cuando repetimos el lavado varias veces en poco tiempo y aparecen los síntomas de irritación (rojez, resequedad). Cuando el tiempo entre lavado y lavado no es suficiente para que la barrera de la piel se recupere y aparecen los síntomas, se denomina irritación acumulada. Algo a tener en cuenta es que quienes tienen piel sensible requieren de un tiempo más prolongado entre lavado y lavado para recuperar la barrera de su piel. Por eso, presentan síntomas con más frecuencia8.

      pH

      Antes de pasar a los distintos tipos de tensoactivos (y a las recomendaciones TCL), es necesario hacer una breve mención al pH, que también tiene un rol clave en la calidad de los limpiadores de la piel (y depende, en parte, del tensoactivo elegido).

      El pH de una sustancia indica cuán ácida o alcalina es. 7 es el pH neutro, por debajo del cual la sustancia es cada vez más ácida y por encima del cual la sustancia es cada vez más alcalina. Que una sustancia sea ácida significa que es rica en H+ (hidrogeniones). Que una sustancia sea alcalina significa que es pobre en H+ (o rica en bases OH-, que neutralizan a los H+, formando H2O)9,10.

      El pH fisiológico del Stratum Corneum es ácido, variando de 4 a 6 (según factores como la edad, la zona del cuerpo y el tono de la piel)11,12. Recibe el nombre de "manto ácido"11,13,14, gracias a sus propiedades protectoras, claves para un buen funcionamiento de la piel. Entre otras cosas, es fundamental para los procesos de restauración de barrera y para mantener a la flora cutánea sana y balanceada10. Podés leer todo sobre su importancia en nuestro post: Todo sobre pH y por qué elegir productos ácidos para la piel.

      Un aumento del pH y la pérdida de este "manto ácido" resultan en una piel dañada, reseca, tirante e inflamada13. Si bien la piel es capaz de regular sus valores de pH dentro de ciertos límites, el uso de productos con pH diametralmente opuesto perturba su equilibrio y la repercute negativamente10,15. Este es un tema central en los limpiadores, ya que algunos llegan a tener pH de hasta ¡12,35!11,12 Por eso, es clave priorizar aquellos con un pH menor a 6, aunque esto no siempre sea fácil, porque la mayoría de las marcas no indican el pH de sus productos15.

      Tipos de tensoactivos: el ranking

      Si bien es importante saber que no hay proceso de limpieza inocuo para la piel, afortunadamente no todos los tensoactivos son igual de agresivos. Los hay muy perjudiciales, pero también los hay más gentiles con la piel7,16,17.

      A grandes rasgos, podemos diferenciar dos grupos de tensoactivos: los jabones y los syndets. Los jabones son mucho más irritantes que los syndets y, dentro de los syndets, hay 4 subtipos con diferente potencial de irritación.

      Jabones

      El jabón es el tensoactivo más antiguo y conocido (¡se cree que se descubrió hace 4.000 años!), aunque recién a principios del 1900 se comenzó a popularizar4,6.

      Sin embargo, y pese a sus bondades y a su contribución contra la propagación de infecciones, no sería el mejor aliado de la piel. Su formulación requiere de un pH alcalino (pH 11) que afecta el manto ácido, atentando contra la integridad del Stratum Corneum4,6,10.

      Además, el otro problema del jabón es que es aniónico: es decir, tiene carga negativa, por lo que interactúa fuertemente con las proteínas de la piel15,18,19.

      Syndets

      Son los detergentes sintéticos, llamados syndets (por synthetic detergents). Son tensoactivos más modernos, que pueden ser formulados a un pH parecido al de la piel y, por lo tanto, son menos agresivos que los jabones y ofrecen una mejora en este sentido. La mayoría de los limpiadores faciales actuales contienen syndets y, por eso, varios usan el claim "sin jabón" para indicarlo.

      Sin embargo, elegir el syndet más adecuado puede no ser sencillo. Hay varios tipos con diferencias en cuanto a su carga y a su potencial de irritación3. Va el ranking de los más usados en cosmética, de peor a mejor:

        • Aniónicos: Son los que tienen carga negativa en su extremo hidrofílico y son los más agresivos. Interactúan con las proteínas del Stratum Corneum (que tienen carga positiva), lo que los hace súper irritantes. Tanto es así, que este tipo de tensoactivo se usa como "control positivo" en pruebas de irritación cutánea: es decir, ¡algo es irritante si causa el mismo efecto que el tensoactivo aniónico en la piel! Pese a esto, es súper común encontrarlos en cosmética, debido a que limpian muy bien, hacen mucha espuma (cosa que suele gustar a los consumidores) y son económicos. Podés identificarlos en la lista de ingredientes como: Sodium Lauryl Sulfate (SLS), Sodium Laureth Sulfate (SLES), Sodium Lauroyl Isethionate (SLI), Sodium Cocoyl Isethionate (SCI), Triethanolamine Lauryl Sulfate, TEA Lauryl Sulfate, Ammonium Lauryl Sulfate, Sodium Stearate20,21. Además de en cosméticos, podés encontrar a estos tensoactivos en cualquier producto de limpieza (jabón de lavarropas, detergente de vajilla, etc.).
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        • Catiónicos: Tienen carga positiva y, por eso, son irritantes y citotóxicos. No suelen encontrarse en productos de skincare sino en acondicionadores para el pelo y jabones desinfectantes (ya que impiden el crecimiento bacteriano)20,21. Podés encontrarlos en las fórmulas como: Benzalkonium Chloride, Benzethonium Chloride, Cetylpyridinium Chloride.
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        • Anfotéricos: Pueden tener carga negativa o positiva, dependiendo del pH del producto en el que se encuentren. Suelen ser efectivos en limpiadores a pH neutro (pH 7). Son menos agresivos que los aniónicos20. Podés encontrarlos en las fórmulas como: Cocamidopropyl Betaine, Sodium Cocoamphoacetate, Disodium Cocoamphodiacetate.
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        • No iónicos: Son los tensoactivos que no tienen carga neta y, por lo tanto, son los menos irritantes. Su interacción con las proteínas de la piel es mínima, por lo que son los más gentiles y mejor tolerados por la piel20. Podés reconocerlos en las fórmulas como: Lauryl Glucoside, Decyl Glucoside. Este último es el que contiene el Limpiador de The Chemist Look.

      En resumen, los tensoactivos se ordenarían según su potencial para irritar la piel, de más fuerte a más suave, así:

      Tensoactivos de carga negativa (jabones y syndets)  > Tensoactivos  anfotéricos (syndets) > Tensoactivos no iónicos (syndets). 

      ¿Cómo contrarrestar el potencial de irritación del limpiador?

      Se elija el tensoactivo que se elija, muchas veces en la fórmula se intenta suavizar su potencial de irritación. Para lograrlo, se cuenta con al menos tres recursos:

      • Combinar distintos tensoactivos: Combinar tensoactivos logra generar micelas más grandes y desparejas, lo cual obstaculiza su penetrancia a través de la barrera de la piel7. Esto reduce significativamente el potencial de irritación de un limpiador y es uno de los recursos más usados para mejorar tolerancia. Es decir, Tensoactivo A + Tensoactivo B es menos irritante que Tensoactivo A solo. Se pueden hacer combinaciones entre tensoactivos de distintos grupos (por ejemplo, aniónico + anfotérico) o entre tensoactivos del mismo grupo20,21.
      • Agregado de polímeros: Otra estrategia novedosa para minimizar el potencial de irritación de los tensoactivos es el uso de polímeros, que son sustancias que se unen al tensoactivo, aumentando su tamaño. El complejo que se forma (tensoactivo + polímero), debido a su tamaño, penetra menos a través del Stratum Corneum que el tensoactivo solo, minimizando la posibilidad de daño. Los polímeros pueden formar agregados tanto con el tensoactivo libre como con las micelas22.
      • Protectores de barrera lipídica: Consiste en el agregado a la fórmula de activos humectantes, emolientes y reparadores (glicerina, escualano, ceramidas), que minimizan el daño a la barrera de dos formas. Por un lado, reducen las interacciones entre los tensoactivos y los lípidos y proteínas de la piel. Por otro, restauran parte de los lípidos que inevitablemente se pierden durante el proceso de limpieza (actuando como "lípidos de sacrificio")23.

      Es decir, importa tanto el tensoactivo como el modo en el que se formula23. Y esto aplica tanto para geles de limpieza, aguas micelares y emulsiones de limpieza.

      Tips para una buena limpieza

      1. Elegí un buen limpiador. El de TCL contiene un tensoactivo no iónico, un protector de barrera lipídica eco-certificado orgánico y pH 5,8. Además, estamos investigando la opción de agregarle polímeros. Es una emulsión líquida para usar en la ducha o la pileta, que deja la piel suave, sin sensación tirante y súper limpia.
      2. Repetí la limpieza dos veces al día. Como en todo, los extremos son malos. Saltearse la limpieza no es bueno, pero tampoco lo es limpiar en exceso24. Lo ideal es hacerlo dos veces al día:
        • La limpieza de la mañana permite eliminar el sebo acumulado durante la noche y residuos de los activos que aplicamos antes de dormir.
        • La limpieza de la noche permite retirar sustancias acumuladas durante el día, como maquillaje, protector solar, sebo, partículas de polución, etc.
      3. Enjuagá bien. Todos los jabones y syndets tienen cierto potencial de irritación (por más significativo o mínimo que sea), por lo que no deben permanecer en la piel durante más tiempo del necesario. Por eso, así uses el más suave del mercado, enjuagalo completamente para minimizar el daño a la piel. Esto aplica incluso para el agua micelar y los limpiadores “hidratantes”4.
      4. Preferí el agua tibia. Esta es la recomendación de la Academia Americana de Dermatología25. El agua tibia (a no más de 35°C) ayuda a remover mejor la suciedad. Además, los limpiadores se suelen diseñar para su uso con agua tibia, por lo que, usándolos a esta temperatura, nos aseguramos de estar obteniendo lo mejor del producto. Una excepción serían las personas con piel seca o sensible, que pueden beneficiarse más de un lavado con agua fresca (aunque no helada26,27). El lavado con agua caliente, por su parte, está contraindicado en todos los casos, ya que deshidrata y perjudica a la piel26,28.
      5. Hidratá. Luego de la limpieza, es conveniente continuar con la rutina de cuidado inmediatamente, para restaurar los niveles de hidratación de la piel21. Algunos recomendados:

      Doble limpieza, ¿es necesaria?

      Recibimos varias consultas sobre la doble limpieza y, habiendo revisado el tema, nuestra postura es que es un método que provee de una limpieza profunda, de forma suave y tolerable para la piel.

      Consiste en realizar la limpieza en dos pasos:

      • Paso 1 - Limpiador oleoso (aceite o bálsamo): Disuelve la suciedad lipofílica. Se aplica con la piel seca, masajeando suavemente.
      • Paso 2 - Limpiador acuoso (gel o emulsión): Retira tanto la suciedad hidrosoluble como el limpiador del primer paso (que tiene atrapada a la suciedad liposoluble). Se aplica con la piel húmeda, masajeando suavemente y se retira con agua.

      Respecto a si vale la pena tomarse el trabajo de hacer ambos pasos, creemos que depende.

      • Para eliminar sudor, sebo, restos de protectores solares, cremas o maquillaje liviano, con un buen limpiador de un paso debería alcanzar y sobrar.
      • Para eliminar maquillaje o protectores solares más pesados o a prueba de agua, la doble limpieza podría ser una buena opción, cuando un solo paso no resulta suficiente29. Tiene una alta capacidad para disolver sustancias difíciles de remover, con un buen perfil de seguridad (bajo potencial de irritación). Es decir, si la alternativa es usar un limpiador agresivo o restregar demasiado, sin duda la doble limpieza es una mejor opción.

      Es un método apto para todo tipo de piel, incluso para pieles grasas, dado que el paso 1 se elimina por completo con el paso 2 de la limpieza. Claro que es importante optar por un aceite/bálsamo no comedogénico para el paso 1, como es el caso del Escualano, el Aceite de Argán, de Marula, de Palta, de Jojoba o de Almendra.

      Vale aclarar que, si bien no son tan comunes, hay limpiadores oleosos que contienen tensoactivos en su fórmula. Esto les permite disolver la suciedad lipofílica, pero también hacer enlaces con el agua (y, por lo tanto, enjuagarse más fácilmente). Este tipo de producto puede usarse como paso 1 en la doble limpieza o como limpiador de un solo paso, según la preferencia de cada uno y el tipo de piel.

       

      Maquinitas en limpieza: ¿Sí o no?

      Las máquinas eléctricas para la limpieza del rostro se han multiplicado en los últimos años y se ha generado bastante confusión respecto a si son necesarias o no. Recibimos muchas consultas al respecto y la respuesta es que no, no necesitás una maquinita de limpieza en tu casa. Sin embargo, si querés una, podés usarla, siempre y cuando sigas las indicaciones del fabricante (y no hagas un uso excesivo de ella).

      Existen varios tipos de maquinitas, que se pueden clasificar según distintos criterios.

      Según su material:

      • De cerdas (tipo cepillo).
      • De silicona.

      Según el movimiento que realizan:

      • Rotatorias: Giran siempre en una misma dirección. Suelen ser las más económicas.
      • Oscilatorias: Oscilan entre una posición y otra. Ejemplos de este tipo: Clarisonic, Lumi Spa, Clinique Sonic System.
      • Vibratorias: Producen vibración a una alta frecuencia. Ejemplo de este tipo: Foreo Luna.

      Respecto a la evidencia a favor y en contra de las maquinitas, lo primero a aclarar es que la mayoría de los estudios al respecto están financiados por las propias empresas que las comercializan. Esto no significa que los estudios no tengan valor o que necesariamente sean malos, pero es un elemento a tener en cuenta por posibles conflictos de interés. Además, la mayoría de estos estudios no han sido publicados en revistas científicas, lo que da cuenta de que el nivel de evidencia que se ha alcanzado con ellos no es demasiado robusto. Teniendo esto en consideración, lo que se sabría hasta el momento sobre las maquinitas es que:

      • Retiran la suciedad más rápidamente que un lavado manual (en un mismo período de tiempo)30.
      • Proporcionarían una limpieza más profunda31,32.
      • Aportarían cierto grado de exfoliación física, que podría colaborar con la posterior absorción de activos, mejorando su eficacia33.
      • En cuanto a su seguridad, la misma estaría bien establecida y se considera que las maquinitas no serían agresivas33. Sin embargo, ¡esto depende del uso que se les dé!
      • Respecto a si tienen efecto antiage, la evidencia no es concluyente. Si bien está demostrado que el masaje en general aumenta la producción de colágeno, no está comprobado que este beneficio se dé con las maquinitas de limpieza (que se usan por períodos breves de tiempo, para no perjudicar la barrera de la piel).
      • Las de movimiento oscilatorio serían más efectivas que las de movimiento rotatorio para limpiar los poros en profundidad34. Sobre las de movimiento vibratorio no hay evidencia comparativa.
      • En cuanto al material, las maquinitas de silicona serían más fáciles de lavar y, por lo tanto, tendrían una ventaja desde el punto de vista higiénico comparado con las que tienen cerdas (que requieren un cambio de cabezal cada 3 meses).
      • Pueden generar una exfoliación física suave.

      Optar por un limpiador gentil con la piel y por el exfoliante más indicado para cada caso sería suficiente, y quizás tendría más beneficios y menos riesgos para la piel. Sin embargo, cada piel es un mundo y cada uno puede optar por lo que considere más apropiado (y lo que le guste o divierta más). Así que, si optás por usar alguna maquinita de limpieza en casa, preferí las de silicona con movimientos oscilatorios y seguí las indicaciones de uso para evitar daños a la barrera de la piel.

      Esperamos que haya sido útil y ¡quedamos a disposición por cualquier consulta!

      The Chemist Look Team

       

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