Desde que fundé The Chemist Look, mi motor siempre fue achicar la brecha entre la innovación científica y el producto final. Básicamente, que lo que se encontraba en la academia llegue al consumidor de una forma segura y eficaz, pero más rápida.
Esta búsqueda de lo último en tecnología me llevó, hace casi dos años, a los exosomas humanos y su potencial para la regeneración de la piel. Por primera vez se nos presenta la posibilidad de tratar la piel mediante la modulación de la expresión de genes. El exosoma humano nos permite ser efectivo para tratar condiciones de la piel y extremadamente preciso. Cualquier persona que esté en ciencia se sorprendería ante las posibilidades que se abren con el uso de exosomas de células humanas.
Regulaciones en Exosomas
Algo que me parece clave aclarar es que el uso de exosomas humanos inyectados está prohibidos en todo el mundo, y el uso de estos activos tópicos sólo está habilitado en Estados Unidos y Corea del Sur. Por ende, ya de entrada supe que esto iba a ser una investigación por amor a la ciencia y porque entendiendo su potencial, supe rápidamente que me tenía que interiorizar en el tema. Obviamente el objetivo de poder usarlos algún día en un producto de The Chemist Look siempre estuvo en mente.
En este camino, me crucé con alternativas que sí son viables –en el sentido de que la regulación permite usarlas– pero no me convencieron. Hoy tengo más preguntas que respuestas, pero dado que estoy segura de que vamos a empezar a ver un montón de productos cosméticos con claims de “exosomas”, es que escribo este posteo.
¿Qué son los exosomas?
Los exosomas son vesículas diminutas, de entre 30 y 200 nanómetros de diámetro, que son liberadas por casi todas las células del cuerpo. Estas vesículas contienen encapsuladas una variedad de moléculas bioactivas, incluyendo, microARN, factores de crecimiento y péptidos. Una forma simple de imaginar un exosoma es como una pequeña bolsita que contiene información que las células liberan para comunicarse entre sí. Ahora bien, no todos los exosomas son beneficiosos, o mejor dicho, no queremos utilizar cualquier tipo de exosomas.
¿Qué exosomas nos interesan?
Nos interesan solo aquellos que contengan la información que realmente queremos: un exosoma liberado de una célula enferma, por ejemplo, no va a ser el tipo de información que queremos comunicar a otra célula en una terapia de rejuvenecimiento de tejido.
La elección de la fuente de donde proviene ese exosoma es crucial, ya que determina qué moléculas bioactivas va a contener y, por ende, qué mensaje va a transmitir. En el cuidado de la piel, se ve mucho potencial en los exosomas derivados de células madres del tejido adiposo, cordón umbilical, placenta y plaquetas.
Por ejemplo: Exosomas Derivados de Plaquetas para cicatrización de heridas y Exosomas derivados de Células Madre Mesenquimales (MSC-Exos) para promoción de la síntesis de colágeno y regulación de las respuestas inflamatorias.
Los exosomas de origen humano, especialmente los de células mesenquimales, contienen distintos microARN que activan procesos regenerativos que impactan en la piel, como la reparación de la barrera y la reducción de daños oxidativos. Logran una comunicación célula a célula difícil de replicar de otra forma, con una precisión y efectividad que podría ser un cambio de paradigma.
Pero aún queda mucho por recorrer, la regulación es muy lenta, y además estamos hablando de activos biológicos por lo que los costos son altísimos, el almacenamiento complicado y, por sobre todo, aún no hay nada estandarizado.
En este escenario, la alta demanda y el “hype” impulsó la popularidad de los exosomas vegetales: más baratos, más fáciles de usar y por sobre todo “legales” en todo el mundo ya que no son activos biológicos.
Los veo como una especie de “low-hanging fruit”, una opción accesible para aprovechar la tendencia sin cumplir necesariamente con el potencial de precisión que los exosomas humanos pueden ofrecer.
Si consideramos el valor de los exosomas humanos por su capacidad de comunicación célula a célula y su forma de delivery que tienen de este contenido bioactivo, es lógico deducir que un exosoma vegetal, aún con contenido bioactivo vegetal, no ofrece el mismo potencial que vemos en los humanos. Justamente, el valor del exosoma y su potencial regenerativo está en poder endocitarse o fusionarse de manera perfecta con las células humanas y por tener ciertos microARN específicos humanos.
Esto no quiere decir que los exosomas vegetales no tengan valor per se. Simplemente, no tienen nada que ver con los humanos y su valor no radica en el valor que vemos en los humanos. De hecho, aportan valor a la industria y tienen beneficios antioxidantes y bioactivos.
¿El futuro del futuro, o el próximo trending topic en cosmética?
He visto que ciertos extractos vegetales, que se usan desde siempre, ahora se testean para identificar si contienen exosomas y poder promoverlos como si fueran una innovación, poniendo “con exosomas” en las etiquetas (convengamos que hasta la leche tiene exosomas). También hay exosomas vegetales purificados de alto valor, pero, de nuevo, su mecanismo de acción no es claro. Además, veo cada vez más péptidos exosómicos.
Por ejemplo, hay productos que contienen exosomas con péptidos de plantas, como la centella asiática, un activo conocido por sus beneficios para pieles sensibles. Pero ahí me pregunto: ¿Es mejor usar el conjunto completo de moléculas bioactivas, algunas de las cuales ni sabemos para qué sirven? ¿O es preferible emplear una molécula ultra purificada de centella asiática, cuya efectividad está más que comprobada y no usar la palabra exosoma? Creo que hoy prefiero la versión ultra purificada y evitar la palabra exosoma en un producto.
Estas son las preguntas que me hago y creo que son las que debemos hacernos todos los que formulamos y somos parte de esta industria.
Si en algún momento decido usar exosomas vegetales, no será simplemente porque están de moda o porque el término “exosomas” es la palabra del momento, sino porque realmente creo que su inclusión aporta valor. No me interesa poner “exosomas” en la etiqueta solo por marketing; quiero asegurarme de que cualquier activo que incluya esté ahí porque es lo mejor para ese producto.
Mientras, sigo estudiando el tema. Creo que la era de los exosomas apenas comienza, y en The Chemist Look creemos firmemente en su potencial para revolucionar el skincare de precisión. El camino no está exento de desafíos, pero con las preguntas adecuadas y una colaboración responsable, el futuro del cuidado de la piel promete más eficacia y seguridad para todos.
Flopi.
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