El 6 de mayo recibí un mensaje de que cambiaría mi perspectiva:
“El 6 de junio es la experiencia Endeavor BA en el CEC y estoy terminando de cerrar la agenda, ¿Cómo te ves dando una charla de 20 minutos sobre tu historia emprendedora?”
Sin pensarlo demasiado, acepté. Pero rápidamente caí en la cuenta de que, aunque estaba acostumbrada a exponerme, nunca me había parado frente a tanta gente. Hablar ante 4000 personas es un desafío en sí mismo, y más aún cuando se trata de contar mi historia emprendedora. Esta no era una charla de producto; era una charla sobre el camino de emprender, sobre mi vida personal.
Por dos semanas, estuve paralizada. Realmente no sabía cuál iba a ser mi mensaje: ¿A quién le estaba hablando? ¿A los chicos que querían emprender? ¿A los posibles inversores en la audiencia? ¿Qué debía decir y qué no? ¿Qué consejos daría?
Un día, después de tomar un café con alguien que hizo un comentario –el cual interpreté como sorpresa– por haber sido elegida como speaker, algo hizo click en mí.
Hasta ese momento, sabía obviamente que tenía un emprendimiento o, más bien, una empresa. Pero nunca me había autodefinido como “emprendedora”. Sin embargo, cuando noté su sorpresa de mi elección como speaker para el evento más importante de emprendedurismo, algo cambió. De repente, me sentí más emprendedora que nunca. Me dije a mí misma: sí, soy emprendedora. Orgullosa. ¡Hace 10 años que emprendo! Y no voy a permitir que me cuestionen nada.
El hecho de haber sobrevivido y salvado mi compañía post Brasil y durante el desinfle de la burbuja de start-ups en 2022, y seguir aquí parada, firme, viva y creyendo más que nunca, justamente me hace merecer ese escenario. ¿Qué es ser emprendedor sino?
Me di cuenta de que muchas veces no celebramos nuestros logros. ¿Qué es el éxito, finalmente? ¿Cómo disfrutamos el camino?
Decidí que esa charla iba a ser sincera, porque no tengo tiempo para otra cosa. Uno nunca sabe cómo un comentario, una frase o un simple gesto pueden impactar en otro. Pensé mi charla con esto en mente.
Me permití disfrutarla al máximo. Me emocioné. Me la merecía. Desde que pinchó la burbuja start-up, remamos con Santi y el equipo contra viento y marea, creyendo firmemente en que nuestro propósito valía la pena, en que nuestros productos son los mejores y lo seguirán siendo. Hoy, veo un pipeline de productos por salir que me emociona hasta las lágrimas.
Gracias por el apoyo a esta comunidad que lo es todo.
Flo.